Todas tuvimos esa herida que no solo lastimo a nuetra piel sino tambien a nuetra alma,esa herida que dolia el doble que una caida o golpe, esa herida que era invisible a los ojos de los demas,esa herida profundas de resentimiento,orgullo,odio,rechazo que solo a veces tardaba en sanar mas de lo debido. Hay heridas que sanan sin dejar huellas en nuestra piel pero en su lugar deján cicatrices en los lugares más insospechados, como si fueran mapas secretos
de nuestra historia personal, vestigios de viejas heridas pero otras simplemente NO, permanece abierta recordandonos aquellas imagenes vivas. Algunas
cicatrices las llevamos a todas partes, y aunque la herida cierre, el
dolor persiste. Cuales son peores, ¿las nuevas heridas terriblemente
dolorosas, o las viejas que debieron cerrarse hace años pero no lo
hicieron?. Quizás las viejas heridas nos enseñen algo, nos recuerdan
donde hemos estado y lo que hemos superado, nos enseñan que debemos
evitar en el futuro.. o eso creemos, aunque en realidad no es así, hay
cosas que debemos aprender una, y otra vez.
Algunas heridas son causadas por nuestros pecados, pero otras son la huella de
Dios que nos ha sostenido con fuerza para que no caigamos en las garras
del mal, heridas de nuetros triunfos de nuetras peleas en el que te sentiras orgullo de llevarlo.
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